

Luz Mía Bárbara Di Battista, trans con frondoso prontuario delictivo, volvió a fugarse, esta vez de la Alcaidía de Resistencia, en Villa Barberán, la madrugada de este lunes.
Tras la fuga, la Policía del Chaco emitió un alerta a todas las unidades y los puestos de control viales e interprovinciales, para impedir que abandonara la provincia. Sin embargo, ya había cruzado hacia Corrientes.
Enterada la Policía de esa provincia, desplegó un operativo que permitió atrparla poco después del mediodía.
Di Battista fue detenida en Corrientes el 3 de junio de 2024 por el robo a la joyería Bohn, en Brown 90, en el microcentro de Resistencia, perpetrado 5 días antes. Estaba en Corrientes, donde se había radicado con su identidad anterior: Exequiel Maximiliano Di Battista, junto a su pareja y cómplice: Nair Osorio do Valle, y el hijo que tienen en común. Antes habían pasado por Córdoba, Salta y Jujuy, donde cometieron varios robos a joyerías, modalidad que repitieron también en la vecina provincia.
En agosto de 2024 protagonizó un escándalo y atacó a los guardias en la comisaría de Margarita Belén porque la comida estaba fría, no era apetitosa y no se la habían servido a horario. También se había cosido la boca como medida de protesta para reclamar que le suministraran un teléfono celular, más precisamente un iPhone.
Esto motivó su traslado a la Comisaría Primera de Resistencia, de donde se fugó el 18 de noviembre de 2024. Había pedido ir al baño, escapó por un ventiluz y abandonó la comisaría trepando los techos de las casas vecinas. Tomó un colectivo y después un Uber para llegar a Corrientes.
Una semana después cayó en Paraguay por el robo a otra joyería. Su pasión pudo más: había ido a ver al Racing de sus amores en la final de la Copa Sudamericana. Ante la prensa paraguaya negó cualquier vinculación con el hecho y juró que se había arrepentido de fugarse y estaba volviendo a Resistencia para entregarse.
Semanas atrás, la dirigente social Marcela Acuña, detenida y declarada culpable por un jurado popular como partícipe necesario del femicidio de su nuera Cecilia Strzyzowski, denunció que Barbi llevaba adelante una huelga de hambre exigiendo ser tratada como la mujer que es, y trasladada a la Alcaidía de Mujeres en el barrio Don Santiago, y apoyó el reclamo.






