La noche del domingo la trans Luz Mía Bárbara Di Battista, escapó de la Comisaría Primera de Resistencia, donde estaba detenida por el robo multimillonario a la joyería Bohn, en el microcentro capitalino en mayo pasado.
Pidió ir al baño y en un descuido del guardia rompió un candado, forzó una reja, saltó el muro hacia el Patio de Secuestros de la comisaría, trepó al techo de la División Criminalística y ganó la calle.
Ya en “libertad”, caminó unas 5 cuadras y abordó un colectivo de la Línea 102 para ganar distancia de la comisaría. Descendió y, fingiendo no ser de la ciudad y haber tomado el colectivo equivocado, pidió ayuda a una vecina.
Pidió a la mujer dinero en efectivo que devolvió inmediatamente vía transferencia desde una billetera virtual, y solicitó un Uber. A bordo de éste se trasladó hasta el Shopping Sarmiento, donde habría acordado un encuentro con alguien que le ayudaría en la fuga.
Esto fue reconstruido a partir de los testimonios de los terceros que intervinieron en la secuencia, que coincidieron en un detalle. “Barby” ya no lucía como mujer, sino como hombre, como en la primera etapa de su frondosa carrera delictiva, cuando se llamaba Exequiel Maximiliano Di Battista. Por eso la principal hipótesis es la de una fuga organizaca con apoyo externo que debió suministrarle la indumentaria y la tarjeta Sube.
Al recabar los testimonios, la Policía identificó el Chevrolet Joy que prestó el servicio de Uber, y resultó ser robado, por lo que fue secuestrado y se inició una causa contra el conductor, en principio, por encubrimiento. Aunque no se descarta ninguna posibilidad, se cree que la relación de la fuga con el origen del auto fue casual.
La Policía asegura tener pistas firmes de su paradero y considera inminente su captura. No obstante, pide la colaboración de la sociedad para asegurar la empresa.
Mientras, avanza la investigación para determinar la responsabilidad del personal policial de turno en la fuga. El “llavero” fue separado preventivamente del servicio, con retención de haberes.