Un regalo (de bodas)

El gobierno de Capitanich, padrino de bodas de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, insisten en impedir el reencuentro familiar.

Por Darío Zarco |

Capitanich arrancó su primera gobernación prometiendo tierras urbanas y rurales a movimientos sociales para vivienda o pequeños proyectos productivos.

Tras su triunfo en las elecciones de 2007 algunos se adelantaron y tomaron posesión de los terrenos elegidos por ejemplo en la zona sur de Resistencia: La Rubita, el “Campo Zampa” y el Campo de Tiro del Ejército donde se asentó el entonces MTD Emerenciano, la organización de Emerenciano Sena.

Los interesados en la zona rural fueron delegados al Instituto de Colonización. El gobierno había pedido una ventaja de un año para ordenar los papeles en medio de la investigación por adjudicaciones tachadas de irregulares durante las 3 gestiones radicales.

Pero la tregua se venció sin novedades. Para amortiguar el reclamo Colonización les pidió a los movimientos que individualicen ellos mismos las tierras y que, en caso de ser privadas, la Provincia las expropiaría para entregárselas. Algunos hicieron la tarea pero el relevamiento quedó olvidado en un cajón.

Hasta el final de su primer mandato algunos de sus seguidores decían que la palabra de Capitanich no se había cumplido, aunque la asunción de John París al frente del organismo prometía darle curso a las cuentas pendientes.

(Al menos eso dijo Daniel Benítez, dirigente de la Unión Campesina y de la FNC del Chaco el 7 de diciembre de 2011 desde mil hectáreas usurpadas en Pampa del Indio, entrevistado por el área de prensa del Partido Comunista Revolucionario. Entonces el PCR era un improbable aliado del gobierno, pero las cosas cambiaron y hoy su líder: Rodolfo Schwartz va por el segundo mandato como diputado provincial por el frente oficialista.)

El 7 de diciembre de 2012 Emerenciano Sena y Marcela Acuña se casaron, con un padrino de lujo: el gobernador Jorge Capitanich. Ese día el barrio Emerenciano cumplía 4 años y “Cascotito”, el hijo de los contrayentes, estaba a días de los 9.

Por la noche hubo un banquete con dirigentes políticos y sociales, funcionarios, periodistas, amigos y, obviamente: parientes. Entre los invitados estaba John París, en su doble rol de funcionario y primo de la novia.

A mediados de 2013 Emerenciano, que ya había consolidado 24 manzanas en el Campo de Tiro, inició a título personal el trámite de regularización de unas 27 hectáreas que había ocupado junto a decenas de emprendedores en el denominado Campo Ross en 2005 durante la gobernación de Roy Nikisch.

A fines de 2013 el Instituto de Colonización le da el OK adjudicándole en venta el terreno. Y el trámite estaba a la firma cuando la presidente de la Nación: Cristina Fernández, llamó a Capitanich y lo designó jefe de Gabinete.

El vice Juan Carlos Bacileff Ivanoff asumió la gobernación y se terminaron los piquetes, las usurpaciones y todo lo que se daba. Y periódicamente daba detalles de cómo los piqueteros habían agarrado 4×4 0km, cargos y tierras sólo torciéndole un poquitito el brazo a Coqui.

Capitanich se reincorporó al Gobierno en febrero de 2015. Un mes después el Instituto de Colonización, con la firma de París, le otorgó definitivamente el campo de la chanchería a Emerenciano: 27 hectáreas cotizadas en 14.593,89 pesos.

No obstante lo que todo el mundo sabe, la última semana, en otro intento por despegarse aunque más no sea un milímetro de Emerenciano, Marcela, César y del horror del femicidio de Cecilia Strzyzowski, Capitanich y sus adláteres mintieron al endosarle la chanchería a Nikisch.

Resultan infructuosos sus ingentes esfuerzos por sacarse el saco de padrino confeccionado a su medida, con el que terminó empantanado en un chiquero.

El día de la escrituración de la chanchería el kilo de cerdo rondaba los 60 pesos. Con 14.593,89 se podía comprar 243 kilos. Dicho de otro modo: 27 hectáreas = 2 chanchos. Bicoca. Un regalo.