No es lo que parece: el avión oficial tiene su pasado

Un medio nacional consideró "privado" al avión adquiridio por la Provincia durante una de las gestiones de Capitanich.

Por Darío Zarco |

TLN Denuncia, el programa que conduce Tomás Méndez en Canal 9, emitió otro informe disparando contra el gobernador chaqueo Leandro Zdero: el periodista ironizó sobre el recorte de bidones de agua del que habló un tiempo atrás la secretaria general de la Gobernación: Carolina Meiriño. “Toman agua de la canilla pero el gobernador viaja en avión privado”, dijo con imágenes del avión carreteando y levantando vuelo.

El avión en cuestión no es privado, sino todo lo contrario: es estatal.

Se trata del Lear Jet A60 LV-CIO, adquirido en febrero de 2011, en la primera gobernación de Jorge Capitanich tras venderle en 2010 a precio vil el Rockwell Commander LV-MBY a la compañía Top Air SA, del empresario kirchnerista Lázaro Báez, hoy preso por corrupción.

Éste no es el primer artículo periodístico protagonizado por el Lima Víctor Charlie India Oscar. Ya fue tapa por los cuestionamientos al procedimiento de adquisición, al ser transferido a la Provincia antes de que se autorizara su compra, lo que aventó tufillos raros.

Pero su salto consagratorio a la popularidad fue en 2012, cuando Capitanich fue sorprendido veraneando en el Caribe, más precisamente en Panamá, conocido por sus playas y su paraíso fiscal, adonde llegó en vuelo directo del avión oficial, con sus hijas Guillermina y Jorgelina; y las malas lenguas agregan: “entre otros”.

De regreso, bronceado, Capitanich dijo que no fue un viaje de placer sino apenas una escapadita, aprovechando que la aeronave debía ser chequeada por el fabricante y el piloto recibiría capacitación. Al pedo, nadie le creyó, empezando por el vicegobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff, que se escandalizó al enterarse por los medios.

Con el estallido de la denominada “ruta del dinero k”, se dijo que el valijero arrepentido Leonardo Fariña había volado varias veces a Uruguay en el avión de la Gobernación del Chaco. Entonces Capitanich, se apuró y le tiró el fardo al propietario anterior, aseverando que entonces el avión aún estaba en su poder. Pero, como decían las abuelas: “Comedido sale jodido”, quedó al aire su cola de paja, ya que Baires Fly sólo lo había operado el mes previo a la transferencia y lo que se cree es que el informe periodístico habría confundido el LV-CIO con su sucesor LV-MBY que estaba en poder de Lázaro.

Después, Bacileff Ivanoff, a cargo de la gobernación mientras Capitanich se desempeñaba como jefe de Gabinete de Cristina Fernández, prometió venderlo para financiar en parte la pavimentación de la denominada “ruta de El Impenetrable”, ante la negativa de la Nación de incorporarla en el Presupuesto 2015.

Haciendo números, consideró que el costo de mantenimiento del avión superaba con creces su utilidad, y en conferencia de prensa se despachó: “Yo no lo ocupo y Capitanich sólo lo usaba para ir y venir a Buenos Aires a ver a su pareja”.

Y, entre otras travesías internacionales, voló a buscar “amigos” que quedaron varados por la suspensión de los vuelos durante la cuarentena por la pandemia de Covid. Pero la Provincia se lavó las manos y dijo que fueron gauchadas para el entonces presidente Alberto Fernández.

El LV-CIO, chaqueño por adopción, tiene un pasado privado, incluso extranjero. A su llegada, un corrillo aseveraba que había sido recomendado por el exfuncionario kirchnerista Ricardo Jaime, también condenado por corrupción, entre otras cosas, por dádivas de empresarios a los que debía controlar, que le prestaban sus aviones hasta que pudo comprarse el suyo.

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