Dragado del Puerto Barranqueras: enésima engañapichanga
Por Darío Zarco |
El Puerto Barranqueras es un pez afuera del agua. Sin fletes fluviales por la falta de calado del riacho Barranqueras, sin tecnología y con su...
Así cualquiera: cumpliendo promesas que ya estaban cumplidas
Por Darío Zarco |
El boleto gratuito para docentes que obligatoriamente viajan todos los días de un pueblo a otro para trabajar fue y sigue siendo carnada electoral.
El techo de cristal blindado
Por Darío Zarco |
El Gobierno nacional convocó a los gobernadores de todas las provincias y al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a un...
Otra vez contrapicado (la misma mierda, con distinto olor)
Por Darío Zarco |
El Gobierno tiene la obligación de difundir sus actos. Pero los gobernadores interpretaron este deber institucional como una prerrogativa personal y destinaron todos recursos públicos...
Escoba nueva (no siempre) barre bien
Por Darío Zarco |
La mesa política está servida. El Frente Chaqueño de Jorge Capitanich hizo campaña tachando de “ñoqui” a Leandro Zdero, imputándole falta de contracción al trabajo,...
Mu-chaaaaaa-choooooss
Por Darío Zarco |
Los chaqueños ya estamos curtidos, acostumbrados al modelo personalista y partidario de comunicación oficial: meras campañas de marketing que convierten al Gobierno en un adorno...
Sin el pan y sin la torta
Por Darío Zarco |
Tras la derrota de Jorge Capitanich que le significó al peronismo perder la gobernación después de 16 años, el Frente Chaqueño perdió también el control...
Milei, la esperanza K
Por Darío Zarco
En 20 años de poder a escala nacional, el kirchnerismo no generó descendencia genuina. Después de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se agotaron los nombres propios.
Todos los caminos conducen a Macri
Por Darío Zarco |
La Constitución Nacional dice que los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático, organizaciones necesarias para la política nacional.
Siguiendo ese...
Un culo común y corriente
Por Darío Zarco |
Malacostumbrado a la poltrona mullida del poder, Capitanich se creyó dueño de un culo intocable. Pero un día, de un momento a otro, pasó de...