“Esta fue causa armada, un invento para sacarme de la carrera política”, dijo la exintendente Aída Ayala sobre la denominada “Causa Lavado 2” en la que se investigaron posibles hechos de corrupción durante su gestión al frente de la Municipalidad de Resistencia.
Finalmente el Tribunal Oral Federal la condenó este viernes a 3 años de prisión en suspenso por “fraude contra la administración pública”, y le impuso una multa de 90 mil pesos, pero no le atribuyó maniobras de lavado.
Además, recibió la pena de inhabilitación perpetua para desempeñar cargos públicos, algo que ella considera que fue, desde el principio, el eje del expediente en su contra.
Antes de escuchar la sentencia dijo en una entrevista en el canal oficial Somos Uno, que todo fue pergeñado con un exclusivo interés político disparado después de haber derrotado al oficialismo en las elecciones de 2017, que la consagraron diputada nacional.
Para ella, el entonces intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, ya planeaba regresar a la gobernación y quería evitar enfrentarla en las urnas en 2019, y que la única manera era sacarla del juego.
En el mismo sentido, consideró que el fiscal Patricio Sabadini, que inició la investigación, fue parte del plan, y que un rol similar terminó cumpliendo la jueza Zunilda Niremperger. “Todo se armó a partir de una denuncia a través de una llamada anónima que está probado en el expediente que nunca existió”, aseveró.
Con la causa en marcha, dijo que los actores judiciales se movieron motivados no sólo por intereses políticos, sino también corporativos: “Obviamente, tienen que respaldarse unos a otros”.
Comparando, recordó que el contrato firmado por su gestión con la compañía Pimp SA para la recolección de residuos, tachado de irregular por la Justicia Federal, siguió vigente durante toda la intendencia de Capitanich y la de Gustavo Martínez, y sin embargo no hubo cuestionamientos para ellos. “En un momento la jueza le dio hasta el manejo de la empresa a Capitanich, que estuvo un buen tiempo de los 2 lados del mostrador. De golpe lo que era ilegal pasó a ser legal”, resumió.
Para completar, dijo estar convencida de que “quienes gobiernan hoy saben que soy inocente”, en alusión a la opinión que tendría sobre la cuestión el gobernador Leandro Zdero, que integrara su gabinete en la Municipalidad.
“A mí me proscribieron los dirigentes, no la gente”, dijo sobre el discreto respaldo que recibió de la dirigencia radical. Aunque el año pasado volvió al ruedo para medirse en las Paso como precandidata a intendente en la lista que encabezaba el diputado nacional Juan Carlos Polini como precandidato a gobernador, pero fueron superados por Roy Nikisch y Zdero, respectivamente.