La tarde del lunes Manuela González, de 59 años, y Osvaldo Alegre, de 60, fueron encontrados en su casa del barrio Norte, de Juan José Castelli, masacrados a golpes.
En la escena los peritos relevaron huellas y secuestraron un trozo de madera con el que creen que fueron golpeados en diversas partes del cuerpo, principalmente en la cabeza.
La pareja, proveniente de Buenos Aires, se había radicado primero en Tres Isletas y después en Castelli, donde montó una pequeña fábrica de alpargatas en la que tenía empleado a Rubén Alejandro Pérez, un hombre de nacionalidad uruguaya que llegó con ellos. Éste convivía con ellos, por lo que muchos de los vecinos estaban convencidos de que se trataba de su hijo.
La mañana del lunes, antes del hallazgo de los cuerpos, vieron a este sujeto salir de la casa con una mochila y 2 bolsos. Esto, sumado a que en la casa no había signos de violencia y no se observaron movimientos fuera de lo habitual, lo convirtió en el principal sospechoso.
Tras la autopsia de rigor, los forenses determinaron que fueron asesinados la tarde del sábado, por lo que el sospechoso habría permanecido los últimos 2 días con los cadáveres.
La Policía desplegó un operativo para intentar atraparlo, alertando a todas las unidades y puestos, pero todo indica que el uruguayo ya abandonó la provincia con destino a Buenos Aires, desde donde se cree que incluso intentará abandonar el país.