Renzo Karban, de 32 años, hasta el momento principal implicado en el asesinato de su hermana Romina Karban, de 30 años, fue llevado ante la fiscal Liliana Lupi y accedió a prestar declaración de imputado, pero sólo para proclamarse inocente. “Voy a seguir contando mi verdad”, habría dicho.
Paralelamente, renunció Cristian Arana, que representaba a la madre de Romina, constituida como querellante.
El abogado alegó cuestiones de “moralidad”, lo que hizo que las miradas se posaran con mayor insistencia en la mujer, tras la detención de Renzo. Pero trascendió que entre ellos había alguna diferencia de “criterio”, que se sumó al hecho de que Arana sería “socio” de Ariel Ojeda, también abogado, pareja de la víctima.
Afuera, amigos y compañeros de trabajo de Romina pedían justicia con una marcha de silencio que había partido de la plaza San Martín.
Romina fue vista por última vez la mañana del 8 de mayo, cuando salió de la vivienda que compartía con Ojeda en la calle 12 entre 11 y 13, a encontrarse con su hermano en Pampa Florida, en la zona rural unos 20 kilómetros al norte de Presidencia Roque Sáenz Peña.
Por la noche, al perder todo contacto con ella, Ojeda denunció su desaparición. La encontraron la siesta del día siguiente asesinada de 5 disparos en el campo de su familia en Pampa Florida.
El último miércoles la fiscal ordenó la detención de Renzo Karban y Antonio González, por un intercambio de mensajes sobre la compra de una pistola con silenciador. La mañana siguiente González prestó declaración y fue liberado.
Aún están pendientes los informes de las pericias a varios de los celulares secuestrados en la causa, que se cree que podrían ser claves para dilucidar el hecho.