Por Darío Zarco |
La desaparición de Cecilia Strzyzowski lo agarró frío al gobernador Jorge Capitanich. Hubiera sido una noticia más hasta el lunes si no explotaba en los medios y en las redes como explotó. Y la rápida incriminación de César Sena y sus padres los dirigentes sociales Emerenciano Sena y Marcela Acuña, fue prácticamente un bobazo.
Como testigo de casamiento, Emerenciano y Marcela son entrañables aliados suyos, pero además él es cabeza de lista de precandidatos a diputados y ella a intendente de Resistencia en la colectora PSU (Partido Socialistas Unidos por el Chaco) en el coquista Frente Chaqueño que busca su cuarta gobernación.
Obligado por la urgencia electoral Capitanich blandió el último sábado la doble vara: pasó de pedir la candidatura única y excluyente a presidente de la Nación de Cristina Fernández, condenada por corrupción e inhabilitada para desempeñar cargos públicos, a proscribir a Emerenciano y Marcela que recién habían pasado su primera noche en cana.
Su deber era respaldar a los investigadores y, principalmente, garantizar la transparencia del proceso, por ejemplo solicitando la intervención de efectivos y peritos federales en la investigación. Pero antes que la búsqueda de Cecilia abrazó su resguardo electoral.
Nadie esperaba que pusiera las manos en el fuego por ellos, pero tampoco que saltara olímpicamente la Constitución para violar la presunción de inocencia en un proceso en ciernes. Alguien podría creer que ya entonces él sabía algo que hasta hoy los demás ignoramos.
Fue un acto reflejo en pos de su supervivencia. Sabe que el solvente de la indignación social diluye cualquier intención de voto. La gente quiere a Cecilia y, si no: justicia. Lo primero parece imposible, y lo segundo siempre demora y a veces no llega.
Por eso, a cambio, en un acto de demagogia pura ofreció la cabeza de su piquetero insignia, revoleándosela al Tribunal Electoral.
Esperaba que su planteo de inhabilidad moral de sus candidatos acusados de femicidio fuera rechazado por extemporáneo, pero la Justicia Electoral se lavó las manos más rápido que él: le dio luz verde y aclaró que poner y sacar candidatos es una facultad de las alianzas. Pero en el apuro no mencionó como reemplazarlos ni cómo se promocionarían sus reemplazantes al filo del acto electoral.
Tan es así que este domingo los electores encontrarán las boletas completas: Capitanich y Analía Rach Quiroga, junto a Emerenciano Sena y Marcela Acuña, y más abajo sus estrechos colaboradores Gustavo Obregón, precandidato a diputado, y Fabiana González, precandidata a concejal, 5 de los 7 detenidos por el femicidio de Cecilia; los otros 2 son empleados suyos.
Pero echarlo de una boleta colectora no alcanza para desterrarlo de su entorno, porque Emerenciano tiene una pata bien ancha dentro de la mismísima boleta oficial 17 de Octubre: Quintín Gómez, su aliado de fierro, coetáneos, de la misma promo piquetera.
Socios en la protesta social, Emerenciano y Quintín, zona sur y zona norte, tienen sus movimientos, convenios con el Gobierno para la construcción de viviendas, regentean sendas escuelas de gestión social, entre otras semejanzas, y en la arena política pelean espalda con espalda.
En abril pasado, sobre la hora del cierre de rosca para las Paso, marcharon juntos para exigir “basta de las mismas caras de siempre” y un lugar en las listas. Si planeaban ir por su cuenta no necesitaban mendigarle a nadie; evidentemente el mensaje era para el Gobernador.
Acto seguido, Quintín fue impreso en el quinto lugar de la lista de precandidatos a diputados provinciales que encabeza el ministro de Planificación, Economía e Infraestructura: Santiago Pérez Pons, seguido de la ministra de Desarrollo Social: María Pía Chiacchio Cavana.
Estos mismos funcionarios le dieron la bienvenida a la exclusiva primera fila del oficialismo electoral, el coquismo que viene, justamente son los encargados de administrar y asignar los fondos para la construcción de viviendas, por un lado, y, por el otro, el reparto de mercaderías para afianzar las bases de la popularidad política, fundamental en una provincia repleta de pobres.
Es indisimulable la preocupación de Capitanich por el costo político del caso y decidió empujar con más fuerza su Frente Chaqueño hasta las urnas del domingo. Por eso no suspendió las fiestas de cierre de campaña para acompañar el duelo de la madre de Cecilia como lo hicieron los demás candidatos.
Si le va bien continuará por ahí. Y si le va mal también.
Con Cecilia o sin Cecilia.
Con Emerenciano adentro o afuera, pero sí o sí.