El dirigente ruralista Enrique Santos, hasta hace poco director del Nuevo Banco del Chaco, denunció a través de las redes sociales el fusilamiento de sus potrancas, “hija de una yegua cuarto de milla comprada en una exposición de haras Los Leones y un padrillo de lo mejor que hay en criollos de Solari (Ctes) La Estrella de Matto Garat”.
Peones que recorrían su establecimiento encontraron el animal muerto a unos 40 metros de la ruta 34, con dos impactos de bala.
Días atrás Santos recordó, sugestivamente, que en una oportunidad habían frenado el “cuatreraje” gracias a la contratación de “un guardia de un país vecino”, y se preguntaba si no es momento de volver a esa modalidad.
Su publicación recibió comentarios reprobando la idea por entender que hablaba de contratar sicarios o hacer justicia por mano propia.
Ahora retomó el tema: “Lo vamos a traer de nuevo. A estos lacras los vamos a mariscar”, avisó.
Para él no tiene sentido denunciar este tipo de episodios de inseguridad en la zona rural porque ni la Policía ni las autoridades políticas están preocupadas por el tema porque, según interpretó: “El campo no da votos”.
“Los voy a seguir a estos lacras”, advirtió. Y siguió: “No me toquen mis pertenencias, porque de ahora en más van a estar custodiadas. No me toquen a mi hija, ni a mis peones”, y remató: “Si me quieren topar a mí, traten de voltearme de primera, porque yo los voy a hacer mirar al cielo”.