El gobernador Jorge Capitanich quedó al descubierto una vez más por la trascendencia de una conversación que creyó privada.
La mañana de este lunes un grupo de personas se manifestó en los portones de la playa de estacionamiento de la Casa de Gobierno exigiendo el cumplimiento de promesas hechas por él y sus funcionarios.
Para descomprimir la situación, una intermediaria facilitó la comunicación con entre estas personas y una funcionaria que no tenía mucho para ofrecer y su planteo fue rechazado por los manifestantes que dijeron que no se moverían de ahí hasta obtener una respuesta favorable.
La intermediaria llamó directamente a Capitanich para consultar los pasos a seguir, porque existía la posibilidad de que él mismo los recibiera en el Salón Obligado: “¿…pero cuántos son?”, preguntó el Gobernador, y al enterarse que eran sólo 10 se quejó de la “incompetencia” del dispositivo de seguridad: “¿10? ¿Y para qué mierda tenemos tantos canas al pedo ahí?”.
Al parecer, pretendía que los guardias desalojaran a estas personas que pedían su atención.
Esto fue ante la sorpresa de todos, manifestantes, empleados del Gobierno y policías que lo escucharon por altavoz del celular.
Sus frustrados interlocutores no desaprovecharon la oportunidad de señalarles a los efectivos lo que el Gobernador piensa de ellos que están “todo el día cuidándole el culo por un sueldo de mierda con aumentos en cuotas”.