“Yo no inauguré una canilla. Jamás en mi vida inauguré una canilla. Si hay algo que nunca voy a hacer es inaugurar una canilla”, dijo el gobernador Jorge Capitanich en la Cámara de Diputados de la Provincia al inaugurar el período de sesiones ordinarias.
Así recordó su emoción al abrir una canilla y ver un chorro de agua en Charata, y disparó contra los medios que hablaron de la “inauguración de una canilla”. Según se promocionó ampliamente, y se sigue haciendo, eso era sólo la demostración de que el Segundo Acueducto del Interior estaba prácticamente concluido.
Sin embargo, el agua ya no llega ni a mitad de camino: los vecinos de Presidencia Roque Sáenz Peña llevan varios días sin suministro del servicio corriente de Sameep, y están obligados a formar largas colas para conseguir un bidón de agua cuya potabilidad no se puede garantizar, o abonar precios exorbitantes por un bidón de una calidad igualmente dudosa.
Cada vez que el volumen de agua es insuficiente para cubrir la demanda mínima, Sameep informa de una reducción en el caudal “por reparaciones”. Pero ya nadie cree en esta casualidad.
Esta vez, según la compañía, el servicio se mantuvo a través del acueducto antiguo, pero los trabajos fueron finalizados el viernes y todo volvería a la normalidad “con el correr de las horas”, pero hasta la tarde del sábado eso no había ocurrido.