

La mañana de este viernes una mujer de 21 años, ingresó al hospital de Quitilipi con su hijo de 4 años completamente desvanecido. Los médicos determinaron que el pequeño estaba muerto.
Ella dijo que al llegar a la casa de su expareja a retirar al niño, lo encontró en ese estado, aparentemente producto de la inhalación de monóxido de carbono emanado por un brasero con el que procuraron calentar la habitación durante la noche. Su pareja, de 25 años, también había sido afectado.
Esto fue informado rápidamente a la Policía, y una comisión de la comisaría local llegó hasta la vivienda del barrio Nueva Esperanza y encontró al hombre: Carlos Gauna, de 25 años, también muerto.
El fiscal en turno dispuso la apertura de una causa caratulada “muerte dudosa”, e instruyó las pericias de rigor para determinar las causas del deceso del pequeño y su padre.






