Las cotas del río Paraná en los puertos de la región se acercan nuevamente a valores históricos.
En el hidrómetro de Prefectura Naval Argentina, en el Puerto Barranqueras, llegó a 1 metro el último miércoles y desde entonces apenas remontó unos pocos centímetros.
El nivel del agua asciende por el efecto de la apertura de compuertas de las represas Itaipú y Yacyretá, pero este “pico” para favorecer la navegación del transporte fluvial de cargas es cada vez menor.
La última creciente forzada de este modo llegó a 2,40 metros el 19 de julio en Barranqueras. Esa es justamente la profundidad mínima con la que históricamente se habilitaban las operaciones en la zona portuaria chaqueña, pero hoy es insuficiente por la falta de calado debido al abandono de las obras de dragado.
Menos agua potable
La bajante del río Paraná también dificulta la obtención de agua cruda para potabilización en las plantas de Sameep, y la que se capta demanda de un proceso de purificación más lento y costoso, lo que se traduce en escasez en las redes de distribución.