El presidente de la Nación: Javier Milei, encabezó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el acto por el 42° aniversario del inicio de la guerra de Malvinas.
Dedicó la primera parte de su discurso a cuestionar a los gobiernos de las últimas décadas acusándolos de no haber defendido la soberanía argentina y no buscar la recuperación de Malvinas y el resto de las islas del Atlántico Sur.
“Somos el primer gobierno que se hace cargo y tiene un rumbo claro para ser un país soberano”, dijo.
En ese marco, reivindicó la figura del “gran general Julio Argentino Roca”, a quien denominó “el padre de la Argentina moderna”, y consideró “la principal inspiración” de su gobierno.
“Él comprendió como nadie el mandato de una economía propia y fuerzas armadas respetadas”, dijo, y opinó que “tenemos que retomar su ejemplo”.
“Los presidentes de la llamada “Década del 80” idearon un Estado restringido a sus funciones esenciales”, resumió.
Y, aunque tácitamente, ponderó la “Campaña del Desierto”, como se conoce al exterminio de pueblos originarios en la Patagonia, al señalar que “gracias a ellos Argentina se pobló, hubo orden y progreso, y pasamos de ser una tierra de bárbaros, a ser una tierra de oportunidades para millones de inmigrantes”.
“No hay soberanía si la dirigencia política hace hasta lo imposible para ensuciar el nombre de nuestras Fuerzas Armadas”, agregó, al lanzar un llamado a la “reconciliación”.
Y como paso siguiente, adelantó la “invitación” al Estado Mayor Conjunto y a las Fuerzas Armadas a firmar el denominado Pacto de Mayo, para el que había convocado inicialmente a los gobernadores.
Para lograr esto, pidió el acompañamiento de “las fuerzas del cielo”, y remató con su clásica arenga: “¡Viva la libertad, carajo!”.