Por Darío Zarco ¡
El diputado Rodrigo Ocampo se abalanzó sobre su par de la UCR: Carim Peche, para defender la gestión del gobernador Jorge Capitanich jurando que Secheep está saneada como nunca antes. “Si fuera por Peche estaría privatizada”, dijo.
Un déjà vu.
En febrero de 2019, en la misma Legislatura, el oficialista Juan Manuel Pedrini acusó a Peche de privatizador, aduciendo que el incremento de las tarifas mayoristas durante la presidencia de Mauricio Macri tenían por finalidad quebrar Secheep para que sus ruinas terminaran en manos privadas.
Peche le recordó que fue justamente un gobierno radical quien impidió en los 90 las privatizaciones de Secheep y Sameep, y la transferencia del Insssep a la Nación, eje del plan económico del gobierno del peronista Carlos Saúl Menem.
Pedrini terminó aliándose: “Yo también me opuse a las privatizaciones”, dijo. “Es verdad, usted estaba de nuestro lado cuando era del ARI”, admitió Peche y, de paso, refrescándoles que alguna vez fue devoto de Lilita Carrió.
La vocera presidencial Gabriela Cerruti, en su libro El Jefe, describiendo el presunto amorío entre María Julia Alsogaray y Menem, cuenta que ella le regaló unos gemelos de oro con un grabado más que significativo: “8 de octubre”. Era la fecha del cumpleaños de María Julia y, casualmente, el día que planeaban privatizar Entel, la primera empresa estatal entregada a manos privadas a un tercio de su valor real y después de aumentar exponencialmente las tarifas.
María Julia Alsogaray, no salió de un repollo, aterrizó en el gobierno de Menem proveniente de la Ucedé, el partido del exvicepresidente Amado Boudou y del actual superministro Sergio Massa. Al cabo de un larguísimo proceso fue condenada por corrupción en aquella privatización.
El diputado Ocampo es muy joven. Cuando él estaba en primer grado, según Wikipedia, Capitanich asumió como funcionario de Menem, e inició una gira nacional promocionando el aluvión privatizador.
“Capitanich amplía anuncios de Menem y apela a que el Chaco baje sus costos”, tituló el diario Norte su paso por la provincia. “Bajar costos” era un eufemismo que significaba que todas las provincias, siguiendo el ejemplo de la Nación, en vez de sanear sus administraciones, debían rifar las empresas estatales deficitarias o poco rentables.
En 1998, cuando Rodrigo pasó a sexto, Coqui dejó plasmadas sus convicciones en La Sumergida, el libro en el que compiló sus máximos deseos para el Chaco.
“Fue un pecado de juventud”, lo definió Pedrini hace 4 años en aquel cruce con Peche. Pero tras cartón el mismo Capitanich inauguró el período de sesiones ordinarias anunciando que financiaría Secheep y Sameep transfiriendo acciones a inversores privados. Y aunque recibió críticas incluso de aliados como el Frente Grande, el plan sigue en pie.
Como para tener una idea, Capitanich propone en La Sumergida: “Los hospitales deben ser de autogestión, las tareas de administración deben quedar encomendadas a Fundaciones, con un Director General y un Director Médico que se encarguen de la organización de un sistema prestacional óptimo”. Y lo mismo para las escuelas, traspasándolas a los municipios o a la “comunidad”, con un director con “perfil de administrador y economista” y “presupuesto propio vinculado a los ingresos efectivos de los vouchers aportados por los alumnos”.
A esto, en su juventud y hoy, ya grande y finalizando su tercer período como gobernador, Capitanich llama “descentralización”, otro eufemismo que Ocampo banca a muerte y aplaude sin parar.
(Al margen, Ocampo habla de la “deuda histórica” de Secheep, pero su partidario el exgobernador Domingo Peppo dijo haber heredado de Capitanich, en 2015, una deuda descomunal con Cammesa, de la que se hizo cargo sin llorar, pero que con la vuelta de Capitanich en 2019 se olvidaron de pagar.)