Por Darío Zarco |
En medio del puterío en que se había convertido el debate de candidatos a gobernador de Chaco Jorge Capitanich, del Frente Chaqueño, tachó a Leandro Zdero, de Juntos por el Cambio, de insensible que le quitó derechos a la gente. Éste le chantó: “El ladrón cree que todos son de su condición”, y le refrescó la afiliación trucha de su madre al Insssep, la obra social de los trabajadores estatales, ventilado en agosto de 2009, el segundo año de su primera gobernación.
Al momento de la réplica, Capitanich se declaró agraviado por Zdero y lo acusó de mancillar el nombre y la memoria de su madre. Llorisqueó e interactuó con su madre: Mirka Popovich, fallecida en 2018, implorándole que perdone a su malvado contrincante por las ofensas.
Quienes ignoraban la afiliación trucha o simplemente no la recordaban, esperaban que el Gobernador desmintiera la imputación y dejara a Zdero adelantado por charlatán. Pero no lo hizo, por una sencilla razón: es verdad.
Aunque en aquel momento acusó a la prensa de montar una operación para desprestigiarlo, con fines estrictamente políticos, la cuestión fue denunciada por los propios trabajadores del Insssep, que un día se toparon accidentalmente con el expediente.
Los espadachines 2023, en clave de trolls, ni mencionan la afiliación trucha, prefieren hablar de la memoria de doña Mirka, denunciando que fue vilmente vilipendiada en un debate electoral. “Golpe bajo”, dicen boxísticamente hablando.
Sin embargo, quienes mancillaron el buen nombre y honor de la madre del Gobernador, no fue su adversario político el lunes pasado, sino el propio Gobernador y/o los alcahuetes que le hicieron aquella gestión hace 14 años, respondiendo a una orden y/o como un favor para congraciarse.
En trazos gruesos, el caso exigía que la señora no tuviera capacidad económica, que no fuera afiliada de otra obra social, y que dependiera de su hijo y conviviera con él. Estos requisitos no se cumplían.
Por un lado, sobre la cuestión económica se escucharon críticas a Capitanich que habría gastado 300 mil pesos en el cumpleaños de 15 de una de sus hijas en Buenos Aires pero no le alcanzó para atender la salud de su madre. Por otro, doña Mirka era afiliada de Pami y renunció recién varios meses después de aprobada su afiliación al Insssep. Y, para completar, vivía en Presidencia Roque Sáenz Peña aunque en el expediente se certificó como domicilio la residencia oficial del gobernador en la calle Saavedra, en Resistencia.
Se supo que el Insssep, que entonces presidía Francisco Baquero, le había otorgado el carnet de afiliada el mismo día del inicio del trámite, y que le reconoció gastos incluso anteriores a esa fecha.
Cuando la bola de nieve rodó hasta los medios nacionales, Capitanich volvió a cuestionar a la prensa pero admitió las irregularidades y prometió devolver al Insssep unos 30 mil pesos que había gastado en un vuelo sanitario desde Sáenz Peña hasta Buenos Aires y la atención de su madre en el Hospital Italiano.
En el debate, a la hora de las aclaraciones, apenas esbozó: “Esos temas ya están resueltos”, pero no dejó pasar la oportunidad de intentar invertir la carga de la prueba. Se trepó a la memoria de su madre para saltar del brete en el que sólo esteba metido él.
Se victimizó. Otra truchada.