La Justicia Electoral tiene cada vez más dificultades para designar autoridades de mesa en cada llamado a elecciones. Son muy pocos los ciudadanos que aceptan la carga pública, aún cuando desde hace varios años ésta es rentada.
Paralelamente, los partidos y alianzas electorales no logran fiscalizar en la medida necesaria las mesas y escuelas de votación por la falta de fiscales.
El voluntariado militante ya es cosa del pasado pero ni siquiera a cambio de una remuneración logran cubrir los puestos.
Así, las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias de este domingo tuvieron sobresaltos de todo tipo. Mesas que se habilitaban con una sola autoridad de mesa e incluso a la espera del arribo de alguna de ellas.
A esto se suma la falta de capacitación de las autoridades, que no saben cómo proceder ante diversas situaciones como el simple hecho de ir por unos minutos al baño.
En estos casos, ante la falta de relevo, muchos presidentes deciden llevarse la urna con ellos al baño para no dejarla en mano de los fiscales.
Y en otros, algún efectivo de las fuerzas de seguridad o algún delegado electoral monta una guardia informal en la mesa pero la ausencia de la autoridad obliga a interrumpir la votación.
Este fue el caso de una mesa en una escuela de Resistencia, donde los electores debieron aguardar casi 40 minutos a que la responsable regresara de satisfacer sus necesidades fisiológicas.