El mal estado de la ruta nacional 95, principalmente en el tramo entre San Bernardo y Presidencia Roque Sáenz Peña, es una postal de la zona desde hace muchos años. Todos los días surgen nuevos baches y los más antiguos ya ganaron en superficie a la cinta asfáltica haciéndola desaparecer, literalmente, en segmentos de varios kilómetros.
Esta situación torna intransitable para todo tipo de vehículos a esa vía fundamental que atraviesa la provincia de norte a sur y no tiene alternativas.
Los “llantazos” contra los bordes de los baches, que arruinan cubiertas, son una constante. A esto se suma la imposibilidad de intentar un sobrepaso por el riesgo de “comerse un cráter”. Por eso quienes conocer la ruta por transitarla con asiduidad, recomiendan no viajar de noche, y siempre hacerlo a baja velocidad.
En las últimas horas se dieron varios episodios que por muy poco no terminaron en tragedia, denunciados en las redes sociales por los propios protagonistas. El reventón de un neumático de un auto, que a velocidades permitidas puede derivar en un siniestro mayor; la rotura de piezas de suspensión de una camioneta que debió acudir a una grúa para completar el viaje, y el despiste de un utilitario que perdió parte de su carga de alimento para mascotas, ocurrieron en un acotado segmento de tiempo en un espacio de pocos kilómetros.
Mientras es evidente la urgencia de la repavimentación de la ruta nacional 95, pero las posibilidades de satisfacer esta demanda parece muy lejana, considerando que los planes del Gobierno nacional en materia de obra pública van en la dirección contraria.