VIDEO | Récord de osamenta: basurales urbanos de Resistencia llenos de animales muertos

Animales muertos se descomponen totalmente en los basurales urbanos de Resistencia. La Municipalidad abandonó el servicio de recolección.

El servicio de recolección de residuos sigue siendo una deuda de la gestión del intendente Roy Nikisch. A pesar de que en su discurso de asunción prometió resolver la situación en cuestión en 2 días, está a punto de cumplir 6 meses, el problema se agrava y la solución parece cada vez más lejana.

La multiplicación de basurales urbanos es constante y muchos de estos que se consideraba erradicados, volvieron a conformarse y están consolidándose ante la falta de un servicio regular de recolección.

En la zona sur hay decenas de estos vertederos espontáneos. Quizás el más destacado sea el de la avenida Arribálzaga al sur de la avenida Edison, donde semanas atrás podía verse y olerse un caballo muerto en medio de una extensa montaña de residuos.

Pero las osamentas no son exclusivas de este sitio: el basural que se despliega en la intersección de las calles Bouvier y Alem, no le va en saga.

Este enclave, que recibe residuos de todo tipo provenientes de distintos puntos de la ciudad, fue noticia durante la última gestión de Aída Ayala, donde la pila impedían transitar por ambas calles.

En aquella época se caracterizó también por la gran cantidad de animales muertos: chivos, chanchos, gallinas, perros, gatos, iguanas y hasta un caballo, obran en su historial.

Durante las gestiones de Jorge Capitanich y de Gustavo Martínez, fue prácticamente erradicado, con el aporte de una cooperativa del trabajo conformada por vecinos, más la instalación de una garita donde se apostaba un guardia que impedía el vuelco de residuos, el espacio fue recuperado.

Pero en los últimos meses el puesto de vigilancia desapareció y la basura volvió a acumulares. En algunas ocasiones, la Municipalidad procedió a la recolección parcial, valiéndose de una pala mecánica y un camión.

Prueba de la gravedad de la situación y de la ausencia del municipio es la permanencia de varios perros muertos que llevan hasta 2 meses descomponiéndose en la vía pública, destinados a abonar el sistema de desagüe, con lo que eso significa para el ambiente y la salud de los vecinos.