Juan Carlos Cañete estaba detenido en la Comisaría Primera de Resistencia, imputado de lesiones y amenazas en contexto de violencia de género.
Los reclusos con los que compartía la celda le cuestionaron su actitud hacia las mujeres, lo que lo ofuscó y terminaron a las trompadas.
Por este episodio, las autoridades policiales decidieron trasladarlo a la Décima. Y al llegar pidió ir al baño, y en el trayecto se quitó las esposas, agredió al guardia que lo custodiaba y escapó por el techo.
Fue perseguido por 2 agentes que rápidamente lo perdieron de vista.
Para recapturarlo se desplegó un operativo que alertó a todas las unidades de la zona.
Finalmente la mujer que lo había denunciado, con quien mantendría una relación, llamó a la Policía pidiendo auxilio porque Cañete estaba en la puerta de su casa del barrio Cacique Pelayo, de Fontana, increpándola.
Una comisión de la comisaría local fue hasta ahí y lo encontró sentado en la vereda. Al divisar el patrullero intentó darse a la fuga pero lo alcanzaron y redujeron a pesar de resistir lanzando golpes de puños y patadas. Una subcomisaria fue lesionada.
Ahora enfrente nuevos cargos por la fuga, resistencia a la autoridad y lesiones. Fue alojado en la comisaría de Basail.