Desde el 1 de mayo rige la nueva tarifa para el transporte urbano e interurbano del Gran Resistencia, al implementarse la segunda etapa descripta en la audiencia pública, que elevó de 590 a 710 pesos.
El martes el ministro de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos: Hugo Domínguez, entrevistado en el canal oficial Somos Uno, había confiado en que el boleto recién aumentaría la próxima semana, por las demoras administrativas en la coordinación con Sube. Pero finalmente el boletazo fue puntual.
“El boleto tiene un costo sumamente elevado”, admitió este jueves el subsecretario de Transporte: Rodolfo Díaz, pero remarcó que, “gracias al esfuerzo del Gobierno, el usuario paga sólo la mitad del boleto real”.
“Es costoso para los usuarios, pero nosotros podemos llegar hasta ahí”, se excusó.
Al argumentar la suba apuntó a las medidas adoptadas por el Gobierno nacional en materia económica, principalmente la eliminación de subsidios: “Se están dando cambios muy profundos en el transporte, desde el momento en que comenzaron a eliminar los fondos compensares, más los cambios en la economía que redundan siempre en perjuicio del sistema y afectan a los usuarios”.
Tras el primer impacto del primer tramo de aumento en las tarifas, la demanda del servicio de transporte urbano e interurbano cayó alrededor de 35%, según una estimación de las empresas, que aseguraban que la pendiente sería aún más pronunciada a partir de esta nueva suba.
