La ola de calor de esta semana con temperaturas superiores a 40°C disparó la demanda de energía eléctrica y de agua potable exponiendo la fragilidad de las redes de distribución de ambos servicios administrados por Secheep y Sameep, respectivamente.
Varias interrupciones diarias y recurrentes caídas de tensión en el suministro de energía y baja presión o directamente la falta de agua afectaron a usuarios de toda la provincia, incluidos los edificios escolares.
Sin luz y sin agua, el Ministerio de Educación decidió suspender las clases en algunas zonas de la provincia. En otras lo decidieron las autoridades escolares y emitieron comunicaciones a los padres, incluso de manera informal.
A esto se sumó miércoles y jueves el paro de transporte urbano e interurbano de pasajeros que deriva en la ausencia “justificada” de los docentes.
Las condiciones climáticas se extenderán a este viernes y continuarán las restricciones en el dictado de clases. El Ministerio habla de “virtualidad”, algo improbable, ya que la falta de energía y de agua también se da en los domicilios particulares de docentes y alumnos.