Corrientes despertó este domingo en medio de una verdadera catástrofe por una descomunal tormenta de viento y lluvia que causó graves inundaciones en el área metropolitana y localidades próximas del interior.
En suma, cayeron más de 300 milímetros, pero fueron especialmente los 200 milímetros de precipitación acumulada en menos de 2 horas antes del amanecer, las que generaron los mayores anegamientos.
El nivel del agua en algunos puntos del microcentro superó ampliamente 1,5 metros, sumergiendo todo tipo de vehículos, muchos de ellos sorprendidos en pleno tránsito. Y el paisaje era aún más desolador en los barrios más alejados del centro.
En medio del desastre, grupos de personas saquearon comercios, entre ellos una farmacia. La Policía detuvo a varios de los autores de estos hechos.
En este marco, el gobernador Gustavo Valdés decretó el estado de emergencia y desplegó un plan de asistencia para las familias inundadas. Paralelamente, suspendió las actividades escolares previstas para este lunes.
Funcionarios provinciales dijeron estar trabajando en un relevamiento de los daños causados por el temporal, para disponer de manera más precisa la asistencia social y sanitaria.