Rubén Herrera reasumió la dirección del hospital Enrique V. de Llamas, de Charata, y como primera medida realizó un relevamiento de la situación, en el que advirtió las consecuencias de la falta de recursos de todo tipo.
Al igual que el resto de los centros sanitarios de la provincia, el de Charata está sufriendo el drástico recorte de insumos, medicamentos y personal.
En este contexto, entrevistado por Norte, agregó una deficiencia clave en materia de infraestructura: no logran habilitar el quirófano, y la expectativa es tan baja que la Dirección de Región Sanitaria IV, Sudoeste II, ordenó el traslado de la máquina de anestesia al hospital Isaac Waisman, de General Pinedo, en calidad de préstamo, para cirugías menores, hasta nuevo aviso.
Uno de los obstáculos para la habilitación del quirófano es la falta de recursos humanos: no hay anestesista, ni cirujanos, ni ginecólogos.
Tampoco hay Terapia Intensiva. Llevan 10 años gestionando la habilitación de 2 camas.
Por esto, un gran número de pacientes deben ser trasladados a otros hospitales en mejores condiciones como el de Villa Ángela o Presidencia Roque Sáenz Peña, pero incluso estas alternativas son relativas por el impacto de la falta de insumos.
Herrera estima que si se dotara al hospital de Charata de los elementos mínimos indispensables, podrían evitar el 80% de los traslados, que hoy se llevan gran parte de los recursos.