Vecinos de Barranqueras, flamantes adjudicatarios de un grupo de 29 viviendas, al ingresar, descubrieron que las mismas no contaban con las conexiones de energía eléctrica, agua potable ni cloacas.
Plantearon esta situación al Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda, donde les dijeron que la entrega se realizó de manera urgente por el temor del organismo a que las casas fueran usurpadas.
Sin embargo, ellos creen que recibieron las llaves en un acto muy promocionado por una urgencia electoral sobre el cierre de la campaña en la que el gobernador Jorge Capitanich buscaba su reelección y el presidente del Ipduv: Diego Arévalo, se había lanzado como candidato a intendente de Resistencia paa las elecciones de este domingo.
El temor por las usurpaciones sigue latente, ya que la gran mayoría de ellos aún no pudo mudarse y varias casas ya sufrieron el robo de aberturas, cables y artefactos de iluminación y sanitarios.
Al intentar gestionar las conexiones de luz, agua y cloacas, Secheep y Sameep exigen no sólo una serie de documentación que no disponen, sino también pagos por sumas que están muy lejos de sus posibilidades económicas.
Puntualmente, Sameep les exige la cancelación de la deuda millonaria que pesa sobre el terreno desde el día en que se instaló la red domiciliaria de agua potable y cloacas en la zona, hace varias décadas. Esto, a pesar de que el terreno debió ser adjudicado libre de deudas.
Mientras, le sugirieron que conecten sus viviendas de manera clandestina a las redes, algo que se resisten a hacer.