El ministro de Economía: Sergio Massa, candidato presidencial de Unión por la Patria, reunió a los gobernadores oficialistas para que manifiesten a viva voz su respaldo en el balotaje del 19 de noviembre, después de recuperarse del tercer puesto en las Paso y ganar la primera vuelta.
El respaldo de sus propios partidarios resulta obvio pero, como bien dicen: lo que abunda no daña.
La reunión se dio después de que Patricia Bullrich y un sector de Juntos por el Cambio anunciara su apoyo al candidato de La Libertad Avanza: Javier Milei.
A la hora de la foto de equipo, Massa, convertido en la principal figura del peronismo, bromeó: “Faltaba alguien que ordene al PJ”, dijo mientras los acomodaba uno por uno tomándolos de un brazo.
Al final el gobernador chaqueño, que en el arranque del año electoral aparecía en los titulares como uno de los presidenciales más nítidos, terminó con un pie fuera de la instantánea: no sólo fue desplazado del centro a un extremo de la imagen, sino que también quedó relegado a la segunda fila.
Como consecuencia de esto, no apareció en ningún medio porque las proporciones de las panorámicas invitan a cortar los extremos que, generalmente, no aportan demasiado.
La derrota de Capitanich, que fracasó en la búsqueda de su cuarto mandato, explica su devaluación en la escena, pero, paradójicamente, el multireelecto gobernador de Formosa: Gildo Insfrán, haya merecido idéntica ubicación en el otro extremo.