Los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez, resolvieron separar al abogado Ricardo Osuna de la defensa de César Sena, imputado por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, por entender que existen intereses contrapuestos, ya que el mismo abogado ejerce la defensa de su padre, el dirigente social Emerenciano Sena, sindicado como coautor.
La definición fue adoptada por una sugerencia del juez Héctor Sandoval, que entendió que la versión dada por Emerenciano en la audiencia de oposición a la prisión preventiva incrimina a César, lo que entendió contraproducente para la estrategia de éste.
Ricardo Osuna llegó a la causa patrocinando a Gerardo “Laucha” Flores, expuestero de la chancharía de Campo Rossi, que se presentó espontáneamente al ser mencionado por algunos de los imputados.
Mientras, el abogado de César: Juan Díaz, renunciaba a la defensa tras deducir de las pruebas incorporadas al expediente que la familia Sena había cometido el crimen, algo muy distinto a lo que le habían expresado a él.
Por unas horas, César fue representado por una defensora oficial, hasta la asunción de Osuna que días después acaparó también la defensa de Emerenciano y Marcela Acuña tras la renuncia de Juan Carlos Saife.
Públicamente primero, y después ante los fiscales, Marcela apuntó a su hijo por el asesinato de Cecilia, y sólo admitió el encubrimiento. Por eso el abogado fue oportunamente apartado de su defensa. Aunque en su lugar asumieron 2 profesionales señalados como muy vinculados a él.
Ahora César busca su cuarto defensor. Pero se plantea una particularidad: los honorarios de sus abogados son abonados por sus padres, por lo que el conflicto de intereses va incluso más allá.