El gobernador Jorge Capitanich prometió “combatir las cadenas de valor” del robo de cables de tendido eléctrico y medidores de agua potable corriente que crece día a día.
Estos elementos son buscados por los ladrones para obtener cobre, en el caso de los cables, y bronce en los medidores y accesorios para conexiones de agua.
El kilo de bronce se vende a unos 1500 pesos, mientras el kilogramo de cobre puede alcanzar los 3.000.
Los “vendedores” llevan a las chacharitas o entregan a compradores ambulantes el material ya “reducido”: los cables sin aislante y los medidores inutilizados y generalmente achatados con morsas.
En la mayoría de los casos los ladrones venden el botín a precio vil a meros intermediarios que después los entregan a los acopiadores.
Para Capitanich, detrás del robo de cables y medidores hay bandas criminales organizadas en distintos niveles, y apuntó contra la “complicidad de las empresas que comercializan ilegalmente” los metales robados y hasta “en estamentos del Estado en todos sus niveles”.
Para combatir esto, dijo haber instruido a sus funcionarios y planteado la situación al Poder Judicial.
El robo de cables afecta mayormente al alumbrado público, generando zonas completamente oscuras e inseguras. Y le sigue el robo de los artefactos de iluminación que mayormente se ofrecen a través de sitios de compra venta en las redes sociales.
El caso de los medidores impacta directamente en los usuarios, ya que Sameep no provee ni los artefactos ni los accesorios de conexión, también de bronce, que deben ser adquiridos por el cliente.