River Plate derrotó a Boca Juniors en la misma Bombonera en otro superclásico del fútbol argentino.
Los equipos llegaron al partido con distintas expectativas. Mientras el Xeneize preparó el cotillón para una fiesta en su casa el Día de la Primavera, el Millonario propuso un planteo defensivo que, prima facie, no entusiasmó demasiado a sus seguidores.
Sin embargo, cuando la pelota se puso en juego las cosas fueron parejas y todo hacía pensar que el partido estaba para cualquiera.
Esta percepción cambió muy rápido: a los 20 minutos del primer tiempo River se puso en ventaja con un gol de Manuel Lanzini, y obligó al local a cambiar los planes.
En el segundo tiempo Boca buscó el empate pero sin la solvencia necesaria. Y al final, cuando ya se jugaban 6 minutos adicionados, Milton Giménez lo empató “a lo Boca”, pero, VAR mediante, el gol fue anulado porque se había llevado la pelota con la mano.
La hinchada boquense esperaba más del equipo y lo hizo saber con insultos a varios jugadores cuando se retiraban del campo. Chiquito Romero fue uno de los blancos elegidos para la crítica al cruzarse con algunos aficionados a su paso por la platea.