Mientras el dirigente piquetero Tito López, su esposa Librada Romero, los hijos de ambos: David, Daniel y Walter, y una de sus nueras: Dévora Acosta, eran indagados por la Justicia Federal imputados por presunto lavado de dinero, asociación ilícita y fraude contra el Estado, el exgobernador Jorge Capitanich defendía a capa y espada las trasferencias de fondos públicos a los movimientos piqueteros durante sus 3 gestiones.
Para el fiscal federal Patricio Sabadini, conforme a los elementos aportados al juez Ricardo Miánovich, Tito López acumuló una verdadera fortuna, que aún no fue calculada en su totalidad, a partir de la cesión de grandes extensiones de tierras del Estado, convenios firmados con el Ministerio de Gobierno y el Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular por obras que no se hicieron y otros mecanismos acordados entre el Gobierno y fundaciones dirigidas por sus hijos.
Capitanich se desentendió de cualquier responsabilidad en la cuestión: “Fue todo legal y transparente”, aseveró, notoriamente molesto, entrevistado en FM Gualamba por el periodista Nicolás Bulatovich y su partidario: César Frugoni, exsubsecretario de Transporte, exdirector de Sameep y excandidato a diputado nacional de Unión por la Patria.
Según él, todos los giros de fondos de su gobierno a los movimientos piqueteros se hicieron ajustados a las normativas vigentes: “Cuando un decreto me llegaba a la firma tenía el dictamen del fiscal de Estado elegido por concurso de antecedentes y oposición, de la Contaduría General que es un órgano de control interno, y del asesor general de Gobierno, y además está el Tribunal de Cuentas que es un órgano de control externo”, repasó-
Y volvió a despegarse del destino del dinero: “Si estas organizaciones realizaban maniobras de acumulación de dinero ya no es mi responsabilidad, para eso está la Justicia, que tiene que investigar”, remarcó.
El caso más actual es el de Tito López, recientemente detenido, pero las mismas imputaciones recaen sobre otros dirigentes piqueteros, entre ellos Carlos Barraza, detenido justamente acusado de apropiarse de fondos otorgados por el Estado, y el mismo Emerenciano Sena, detenido junto a su esposa Marcela Acuña y su hijo César Sena por el asesinato de éste: Cecilia Strzyzowski, a quién paralelamente le detectaron inmuebles, camiones y maquinarias otorgados por Capitanich.