El río Paraná atraviesa otra bajante dramática con niveles que se aproximan a los más bajos registrados en mucho tiempo.
Este viernes el hidrómetro de Prefectura Naval Argentina en el Puerto Barranqueras, en el riacho Barranqueras, se ubicó en apenas 89 centímetros.
En este contexto la inactividad de toda la zona portuaria es total, ya que el último “pico” producto de la apertura de las compuertas de las represas Yacyretá e Itaipú se dio por espacio de unos pocos días durante mayo pasado.
El manual fija en 2,40 la cota mínima para operar en los muelles sobre el riacho, pero esto no puede aplicarse desde hace varios años por la falta de dragado que altera los registros, sumado a la falta de batimetrías que permitan identificar la traza navegable.
El pronóstico de escasas precipitaciones en la cuenta de la hidrovía Paraná-Paraguay permite suponer que la situación será aún más dramática.
Asociada a la bajante vienen también las dificultades para obtener agua cruda del Paraná para su potabilización y distribución a través del Segundo Acueducto del Interior, sobre todo teniendo en cuenta que sólo una de las 6 bombas de la toma está funcionando a pleno.