Días atrás la intendente de Barranqueras cuestionó la conducción del Partido Justicialista, encabezada por el exgobernador Jorge Capitanich por la falta de autocrítica tras la derrota electoral que desalojó al Frente Chaqueño del poder.
Ella entiende que no se puede hablar de “reconstrucción” con los responsables de la destrucción del proyecto político, y consideró errónea la decisión de Coqui de rellenar las listas con sus funcionarios que “forrearon a los intendentes” durante 4 años.
La afición coquista asoció rápidamente sus declaraciones con una reunión que la intendente había mantenido con el gobernador Leandro Zdero, y, palabras más, palabras menos, la tacharon de traidora y “panqueque”.
Para completar, sin importar “el qué dirán”, Magda participó de la Cabalgata de la Fe a San Pantaleón que partió de Quitilipi el pasado 26 de julio y llegó el día siguiente al santuario en el Parque Nacional Chaco, en Pampa del Indio. Y, por si faltaba alimentar suspicacias, en un alto en el camino posó con Leandro, ambos quitilipenses; ella, más precisamente: oriunda de Villa Rural El Palmar.
“Lo que es, es. Lo que no es, no es”, publicó en las redes sociales el exdiputado provincial y principal referente del Frente Grande: Daniel San Cristóbal. Una insinuación que varios comentaristas hicieron propia y aprovecharon para acusar a la intendente de “deslealtad” y “traición” a Capitanich que “le dio todo”.
Pero no faltaron los memoriosos que respondieron en varios perfiles que, justamente, “San Cristóbal no es ningún santo”, y recordaron que en 2001 conoció la Cámara de Diputados del Chaco desde adentro del bloque rozista Alianza Frente de Todos, y que un buen día apareció en la lista del kirchnerista Frente para la Victoria buscando su reelección. Y que en la misma banca del “Frente Chico” (Frente Grande), se sentaron sus partidarios Fabricio Bolatti, Daniel Trabalón y su esposa Tere Cubells que ya empardó su récord de 2 mandatos al hilo.
“No se peleen entre ustedes”, diría Julito.