Un hombre domiciliado en Resistencia, encontró su VW Bora severamente dañado: tenía el parabrisas y la luneta trasera destrozados.
Había escuchado hablar del desastre que había causado el granizo en automóviles en otros puntos del país, pero al ver que el cielo estaba despejado descartó la hipótesis del fenómeno meteorológico.
Al aproximarse leyó en el capot: “Respetá, venís a dormir y a comer en mi casa”.
Eso le dio algo más que una pista, y recordó que había mantenido una discusión con su pareja después de que ella le revisara el teléfono y encontrara mensajes que comprometían su reputación de tipo fiel.
No había dudas: ella se había enojado y se lo hizo saber.
La Policía se topó con el auto en la avenida San Martín, en Puerto Vilelas, y se interesó en dilucidar que había ocurrido. Constatados los daños e identificada la autora por el propio damnificado, éste decidió no radicar la denuncia “para no empeorar las cosas”.