El ministro de Economía argentino: Sergio Massa definió en la cumbre de la Celac a Uruguay como un hermano menor de Argentina y Brasil, al que debían cuidar.
Sus expresiones generaron la rápida respuesta de los uruguayos, que agradecieron pero dejaron bien en claro que prefieren cuidarse solos antes de correr el riesgo de ser aplastado por la inflación y una corrida cambiaria.
Pero nadie esperaba un golpe tan bajo: el presidente Luis Lacalle Pou invitó a su par de Brasil: Lula da Silva, a comer asado y la conclusión del invitado fue letal: “El asado uruguayo es el mejor del mundo”, sentenció.
Se esperaba una reacción inmediata desde Argentina, pero la gran mayoría ya no recuerda los asados.