Tras su derrota en las elecciones del 17 de septiembre, en las que buscaba otra reelección y su cuarto mandato, el gobernador Jorge Capitanich renunció a la presidencia del Club Atlético Sarmiento, que ejerció desde que asumiera la gobernación en 2007.
Durante su gestión, el Club construyó el Estadio Centenario en la avenida Alvear, y las torres de departamentos en la vieja cancha de la calle Perón, el Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento, y una escuela privada. Y en lo deportivo, encaminó su política a ampliar el abanico de disciplinas con la participación en importantes torneos, con el fútbol como insignia, y aunque no logró ascender, en algunas temporadas tuvo roles muy destacados, también en básquet.
Pero “la lección de las urnas”, como el mismo Capitanich definió a su derrota electoral, marcó un antes y un después en la vida institucional.
El CAS informó que abandona la Liga Argentina de Básquet, en la que había puesto grandes expectativas. El debut estaba programado para el 18 de octubre en Santiago del Estero, frente a Independiente, por la Conferencia Norte.
Al fundamentar la decisión, los dirigentes apuntaron a la “incertidumbre económica” y la falta de recursos para afrontar la campaña.
Y más tarde se supo que también decidió rescindir los contratos de varios jugadores de su plantel profesional de fútbol que milita en el Torneo Federal A de AFA, entre ellos: Nahuel Gómez, Mariano Martínez y Santiago Gioria, a los que les endilgó “bajo rendimiento”.
La falta de certezas sobre el nivel de respaldo económico oficial podría recibir de parte del próximo gobierno, obligó al Decano a la austeridad. Otrora acostumbraba no abonar las facturas de luz ni el servicio adicional de la Policía en los operativos de seguridad, por mencionar 2 ítems de la columna del debe, y sindicatos docentes denunciaron que pagaba a sus jugadores con horas cátedra de Educación, entre otros beneficios de un “Estado presente”.