Sergio Alila fue condenado en 3 causas: una de ellas por lavado de dinero y las otras por abuso sexual de jovencitas menores de edad. En una a 4 años de prisión, sentencia dictada por la jueza Natalia Fernández Floriani.
La última semana fue sorprendido conduciendo un vehículo de pasajeros de la aplicación Uber, y sólo por eso la magistrada se enteró que el condenado, que se suponía que tenía prisión domiciliaria, gozaba de libertad condicional.
Este viernes, cuando se presentó para cumplir con las pautas impuestas por el Tribunal de Ejecución Penal, fue detenido a instancias de la misma jueza, y trasladado a una comisaría donde fue alojado con el resto de los presos.
Inmediatamente su madre y el abogado que lo representa denunciaron públicamente que no se respetaron sus derechos: “No es Sergio, es Ariela”, remarcaron al informar que en enero pasado había cambiado de identidad y género al autopercibirse mujer.
Por esto, reclaman que sea tratada como la mujer que es, y que sea liberada y, mientras se resuelva su situación, alojada en un lugar de detención de mujeres.
Además, denunciaron que al ser detenida en la sede judicial, un policía la manoseó e incluso aprovechó para tocarle la cola al momento del cacheo, cuando se suponía que eso debió realizarlo personal femenino. Lo que entienden que constituye abuso sexual.