

El exgobernador Jorge Capitanich, fue electo diputado provincial el 11 de mayo, y senador nacional el último domingo, a pesar de ser derrotado en ambas elecciones.
Durante la campaña para las legislativas provinciales en las que encabezaba la lista de candidatos del frente Chaco Merece Más, cargó duramente contra la intendente de Barranqueras: Magda Ayala., que había conformado el frente Primero Chaco y ocupaba el segundo lugar de la lista.
En un acto Capitanich le atribuyó el corte de boleta de 2023 que le significó una derrota en esa ciudad y en suma contribuyó a su derrota en primera vuelta a manos de Leandro Zdero. De paso, le chantó que las obras que se atribuía como intendente las había gestionado y financiado él desde el Gobierno provincial.
Pero después de las elecciones en las que ambos resultaron electos por sendos bandos, acordaron la “unidad del peronismo” y el último domingo compartieron la lista de candidatos a senadores del frente kirchnerista Fuerza Patria.
Pero la unidad no fue completa, ya que la intendente de Laguna Blanca: Claudia Panzardi, presidente del Congreso Provincial del PJ, pegó el portazo y se presentó como candidata a diputada nacional con el frente Vamos Chaco, acompañada por Eduardo Aguilar como candidato a senador.
En la última campaña también disparó contra ella, acusándola de ser funcional a la alianza oficialista La Libertad Avanza, y aliada del gobernador Zdero.
Ahora, tras la derrota, aprovechó para relativizar la gestión de la intendente como antes había hecho con Ayala: “En Laguna Blanca, el acceso, lo hicimos nosotros; el club, lo hicimos nosotros; el Centro de Salud, lo hicimos nosotros; el Registro Civil, lo hicimos nosotros. Todo lo hicimos nosotros”, dijo, entrevistado por Roberto Espinoza.
De paso, les enrostró a Panzardi cargos partidarios y electivos gracias a él. Y la misma factura le pasó a Aguilar, recordando que fue 4 años ministro de Economía, presidente de la Legislatura y 6 años senador, algo a lo que asegura que jamás hubiera llegado, una suerte que le envidian hasta los militantes más activos, que no pudieron ni podrían llegar a tanto.
“Se creen dueños de la verdad y son funcionales a este modelo que hambrea al pueblo”, los criticó.






