

El atardecer de este martes un vecino de la zona oeste de Resistencia escuchó gritos de una mujer y al voltear vio que ésta circulaba como acompañante en un Fiat Palio. A simple vista le pareció que estaba maniatada y llevaba la puerta abierta, como si él intentara arrojarla desde el vehículo en marcha.
Por esto, acudió a las grabaciones de su cámara de seguridad y corroboró lo ocurrido. Inmediatamente alertó al servicio de emergencias 911.
Una comisión policial acudió al lugar, entrevistó a vecinos y recorrió la zona hasta identificar a la mujer en cuestión.
En su casa, ella, de 33 años, admitió ser la protagonista de la escena. Dijo que iba a un taller mecánico con su marido, de 31, y que, efectivamente, estaban discutiendo pero que de ninguna manera había sido víctima de un episodio de violencia y que no estaba maniatada ni contra su voluntad. Por lo tanto, manifestó que no tenía nada que denunciar.
Los policías siguieron investigando y al consultar el Sistema de Registro Biométrico supieron que el hombre tenía pedido de detención en una causa por violencia de género iniciada tras una denuncia de su esposa, y que además pesaba sobre él una restricción de acercamiento.
Por esta razón, fue detenido de todos modos.






