

El Senado rechazó el proyecto de ley de Ficha Limpia: necesitaba 37 votos para su aprobación y sólo logró 36, contra 35 senadores que lo rechazaron.
El kirchnerismo anunció desde el principio su rechazo a la norma que consideraba una “ley anticristina” que buscaba “proscribir” a la expresidente de la Nación, condenada por corrupción y comprendida en los términos del proyecto.
A la bancada de Unión por la Patria se sumaron los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, actitud que sorprendió al oficialismo que los consideraba de su lado hasta último momento.
La norma implicaba la modificación de las reglas de elegibilidad para los candidatos a cargos públicos y bloqueaba a quienes tengan una condena confirmada en segunda instancia relacionada con “delitos de fraude en perjuicio de la administración pública contemplado en el artículo 174, inciso 5 del Código Penal”. También, a los “delitos previstos en los capítulos VI-Cohecho y tráfico de influencias, VII-Malversación de caudales públicos, VIII-Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, IX-Exacciones ilegales, IX bis-Enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados, y XIII-Encubrimiento, todos ellos contemplados en el título XI-Delitos contra la administración pública, del libro segundo del Código Penal”.
Además, quedaba comprendido “todo otro delito doloso contra la administración que conlleve enriquecimiento que sea dispuesto de conformidad con lo establecido en el artículo 36 de la Constitución”.
Durante el debate se especulaba con la idea del kirchnerismo, si no llegaba a reunir los votos para el rechazo, de incorporar modificaciones que obligan a devolver el proyecto a Diputados para dilatar su aprobación. Pero finalmente eso no ocurrió.