A las 7:25, hora de Roma, de este lunes 21 de abril, murió Jorge Mario Bergoglio: el papa Francisco. Tenía 88 años.
Su deceso se produjo en su residencia de Santa Marta, apenas horas después de su última aparición el día de Pascuas para dar la tradicional bendición urbe e orbi hacia la Plaza San Pedro, en el Vaticano, ante unas 30 mil personas.
Desde hace varias semanas su deteriorada salud tuvo en vilo a la feligresía católica de todo el mundo.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936. Argentino, fue el primer papa no europeo, proclamado el 13 de marzo de 2013.
Su carisma le franqueó una popularidad inmediata que lo acompañó no sólo como líder espiritual, sino también como una de las figuras políticas más relevantes e influyentes del mundo.
Francisco, denominación que eligió en honor a San Francisco de Asís y su emblemática humildad, reemplazó al renunciante Joseph Ratzinger, y rápidamente impuso su impronta de apertura a la Iglesia católica, que todos los analistas valoraron como una “revolución”.
“Regresó a la casa del Padre”, expresó el Vaticano al confirmar su muerte.
