La lluvia dominó de punta a punta el GP de Brasil en el circuito de Interlagos. El clima fue tan adverso que la organización suspendió las pruebas de clasificación del sábado para la mañana de este domingo y se vio obligada a adelantar para las 12:30 la final que estaba prevista para las 14.
En la clasificación el argentino Franco Colapinto, con Williams, había mostrado un buen desempeño y despertó la ilusión de largar en el pelotón de adelante, pero un accidente lo dejó sin chances de mejorar la marca.
Apenas unos minutos después su compañero del equipo Alex Albón protagonizó un accidente aún más contundente con consecuencias irreversibles para su auto.
El equipo trabajó para recuperar la máquina de Colapinto, que estaba menos dañada, y logró largar desde atrás. Aunque había avanzado varios puestos, por las idas y vueltas de la lluvia habían decidido remplazar los neumáticos por “intermedios”. Y cuando iba hacia la entrada de boxes, en la vuelta 32, despistó, pegó contra las barreras de contención y el auto terminó destrozado, cruzado en medio de la pista.
Éste y otros accidentes obligaron a la paralización de la competencia que se reanudó ya sin él.
El ganador fue Max Verstappen, con Red Bull, que largó en el puesto 17 por una penalización, pero rápidamente avanzó hasta el primer lugar. Ahora quedó muy cerca del campeonato.
La nota destacada fue el desempeño del equipo francés Apine, que hizo el 2-3 con Esteban Ocon y Pierre Gasly.
Tras la carrera Franco Colapinto expresó su profunda decepción y tristeza por lo ocurrido en un fin de semana que parecía servido para él, con unos 12 mil argentinos en las tribunas y con, prácticamente, la confirmación de su pase a Red Bull en la próxima temporada. “Perdón a team, que trabajó un montón para poner el auto en la pista”, insistió en varias oportunidades.