“Corrupción, desmanejo, desidia, descontrol, improvisación, abandono”, fueron algunos de los términos utilizados por el gobernador Leandro Zdero para describir la gestión anterior que encabezó Jorge Capitanich.
Fue en su discurso de apertura del 56° período de sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados del Chaco, el primero desde que asumiera la titularidad del Poder Ejecutivo.
Durante más de una hora y media Zdero describió en qué situación encontró el Estado, área por área, haciendo hincapié en salud, educación y seguridad.
En esa línea enunció los medicamentos e insumos abandonados en depósitos de Salud, la precarización laboral y el estado deplorable de la infraestructura y el parque automotor, entre otras cuestiones.
En esta área prometió la incorporación de personal y el pase a planta progresivo de los precarizados, además de poner en marcha las ambulancias arrumbadas y refaccionar hospitales y centros de salud deteriorados.
En el mismo tono señaló el deterioro de la educación, producto de las políticas implementadas durante los últimos años, que derivaron en jóvenes egresados que no pueden leer ni escribir. Además del mal estado de los edificios y la interrupción de las partidas de sostenimiento. Y la suspensión de los concursos docentes.
Por esto, enunció la vuelta de un sistema de evaluación que impedirá la promoción de estudiantes secundarios que adeuden más de 2 materias. Esto, paralelamente a la culminación de los edificios en construcción que fueron abandonados, y levantar otros que aún están en proyecto.
En materia de seguridad cuestionó que la gestión anterior haya decidido no incorporar personal a la Policía y el Servicio Penitenciario, lo que favoreció el avance de la delincuencia, principalmente el narcotráfico. Para revertir esto anunció la reapertura de la Escuela de Policía “en manos de policías”, y la incorporación de 400 nuevos agentes.
También prometió construir pabellones y nuevas lugares de detención para dar solución al hacinamiento de los detenidos que hoy se encuentran en comisarías y alcaidías que no cuentan con las condiciones apropiadas.
Paralelamente, dijo que enviará un proyecto para prohibir el uso discrecional de telefonía celular e internet, algo que la Legislatura había convertido en Ley pero fue vetada por Capitanich.
El contraste entre la “pesada herencia” y su plan de gestión se extendió a lo largo del discurso, haciendo foco en el condicionamiento que impone la cuestión financiera.
En términos generales, sintetizó que al momento de su asunción sólo había 1.363 millones de pesos en la caja de la Provincia, para hacer frente a deudas por 145 mil millones, más los 310 mil millones que Secheep adeudaba a Cammesa.
Para él, ese desequilibrio es producto de la corrupción, y como ejemplo de esto puso los convenios firmados por el Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular, lo que lo llevó a tomar la decisión de disolverlo.
Pero, fundamentalmente, apuntó al aprovechamiento político y personal de las arcas del Estado, como entiende que ocurrió en la última semana de gestión de Capitanich, donde se abonó a un grupo selecto de proveedores “amigos” 10 mil millones depesos, y avisó que están indagando para ver si esa preferencia se debía sólo al “amiguismo o si hay algo más”.