El fin de semana el Servicio Penitenciario Bonaerense secuestró los teléfonos celulares de Blas Cinalli y Enzo Comelli, 2 de los 8 rugbiers enjuiciados por el asesinato a golpes de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
La decisión fue adoptada tras las sospechas de que utilizaban los aparatos para fines distintos de los autorizados.
Así, descubrieron que ambos administraban las cuentas abiertas durante la audiencia de debate en las que se publicaban comentarios respaldándolos, ubicándolos como víctimas del prejuicio social y los medios.
Este miércoles, en los Tribunales de Dolores, comenzó la instancia de alegatos con la exposición, en primer turno, del Ministerio Público Fiscal.