Así como los ladrones ponen el foco en los teléfonos celulares a la hora de robar en la vía pública, los que ingresan a los domicilios particulares buscan garrafas de 10 kilos para hacerse de un botín rápidamente.
Las razones son varias: todas las viviendas tienen al menos una garrafa; no tienen identificación del propietario; se venden en negro en la mayoría de los comercios de barrio; no está prohibido su transporte de manera personal; si está llena el tenedor puede alegar que acaba de comprarla y si está vacía, que salió a comprar; si tiene media carga podría estar llevándola a la casa de un amigo o haberla adquirido a un tercero o en un sitio de compra-venta; entre tantas posibilidades.
En las redes sociales abundan las ofertas de tubos de gas vacíos a entre 20 y 25 mil pesos. Aunque en muchos casos son “reducidos” comercializándolos a precio vil de manera aún más informal o canjeadas por “algo de mi interés” y hasta por estupefacientes.
El 7 de julio, un hombre mató a un delincuente que ingresó a su casa a robar por segund vez una segunda garrafa en un lapso de pocos minutos.
En las últimas 48 horas, la Policía detuvo a un adolescente de 16 años que robó una garrafa en la avenida Lavalle al 2000, en Resistencia. Había sido perseguido y atrapado por los vecinos a 4 cuadras con el botín a cuestas.
Y en Liniers al 1200, un hombre de 28 años fue interceptado cuando caminaba en actitud sospechosa con una garrafa cuya procedencia no supo explicar.
En Misión Nueva Pompeya un sujeto de 20 años robó 4 garrafas a un comerciante de 63. Éste había encontrado rotos los candados del acceso al local. El delincuente fue sorprendido cuando trasladaba las tubos de a tramos, en una suerte de postas.
Otro ladrón de 20 años se llevó una garrafa de 10 kilos de una vivienda particular en Puerto Tirol.