Preso por intento de femicidio apareció muerto en su celda

Héctor Viganotti, de 56 años, apareció muerto en su celda. Al parecer, se habría suicidado por asfixia.

El último viernes transeúntes llamaron a la Policía cuando vieron a un hombre atacar con un arma blanca a una mujer en la calle 13 entre 4 y 6, en pleno centro de Presidencia Roque Sáenz Peña.

La mujer, de 55 años, fue auxiliada y trasladada en ambulancia al hospital 4 de Junio, donde le diagnosticaron heridas cortantes en el cuello y en una mano y un brazo.

Tras recibir atención, la víctima identificó al agresor como su expareja: Héctor Viganotti, de 56 años, que la atacó con una trincheta. El fiscal Gustavo Valero ordenó inmediatamente su detención.

El hombre se presentó la madrugada siguiente en la Comisaría Cuarta, en el barrio Puerta del Sol, lugar de residencia de ambos. Fue detenido y trasladado a la Comisaría Primera, con jurisdicción en el lugar del hecho.

La noche del martes, una persona domiciliada en inmediaciones del lugar del hecho, llamó al 911 al encontrar en el patio delantero de su vivienda una trincheta con manchas presumiblemente hemáticas.

Este miércoles a las 10 el detenido había sido citado a declarar, pero a las 7 un guardia acudió a la celda 3, a proveerle la medicación a otro preso de apellido Madariaga, lo encontró muerto. Su compañero de celda dijo que no había logrado despertarlo: estaba boca abajo, con la cabeza envuelta con una sábana.

Profesionales de un equipo médico de emergencias comprobaron que estaba muerto y que el deceso habría ocurrido varias horas antes. Al retirarle la sábana descubrieron que tenía 3 bolsas en la cabeza. Además, encontraron en la cama blísters de comprimidos para patologías cardiológicas.

Por tratarse de una muerte en custodia, el fiscal en turno: César Collado, dio intervención a la Fiscalía en lo Penal Especial de Derechos Humanos, y el cuerpo de Viganotti fue trasladado a Resistencia para ser sometido a la autopsia de rigor en el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses del Poder Judicial, para determinar fehacientemente la causa de la muerte. En principio no presenta signos de violencia.