Los episodios de inseguridad se multiplicaron en el último tiempo y se registran hechos cada vez más violentos. Esta situación movilizó a la sociedad que reclama medidas en varios puntos de la provincia.
En Quitilipi, los vecinos convocaron a una reunión a jefes policiales y al intendente Ariel Lovey para plantearle la realidad que viven día a día, expuestos a la delincuencia.
A su turno, el intendente consideró que el incremento de los delitos viene asociado a la proliferación de la comercialización y consumo de drogas, algo que lo excede.
“Todos saben dónde y quién vende droga pero nadie hace nada porque hasta la Policía está metida”, dijo entre otros cuestionamientos a la fuerza de seguridad provincial, y contó haber visto a efectivos paseando en los patrulleros, tomando mate y hasta bebidas alcohólicas.
En el mismo sentido, lamentó no haber encontrado eco en el exjefe de la comisaría local, algo que espera que cambie tras la designación del nuevo comisario: Gustavo Sosa.
Lovey habla de la “Quinta 49”, como base del principal distribuidor de droga de la zona, pero asegura que “la Policía no hace nada”.
Oportunamente, dijo haberle planteado el tema a la ministra de Seguridad y Justicia: Gloria Zalazar, reclamando más personal y móviles, pero que no obtuvo respuesta. Con suspicacia ve que la Policía prefiere abocarse al control del tránsito durante los piquetes que al combate contra la delincuencia y el narcotráfico.
El intendente prometió su mayor esfuerzo para mejorar el alumbrado público y acudir una vez más a la Provincia para solicitar la adopción inmediata de medidas para frenar a los delincuentes.