“Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento”, dijo, parafraseando a Perón, el diputado Atlanto Honcheruk, jefe del interbloque del Frente de Todos en la Legislatura provincial.
Así advirtió sobre el horizonte electoral del oficialismo a nivel nacional al entende que el gobierno encabezado por Alberto y Cristina Fernández defraudó las expectativas de la sociedad al no resolver problemas como la inflación, la inseguridad y el desempleo.
“Es lógica la bronca de la gente: los salarios están retrasados, el trabajador no llega a fin de mes, las tarifas, la mala calidad de los servicios públicos, y la falta de una mirada productiva más concreta y palpable, generan una desazón”, describió, entrevistado por Sergio Schneider en Norte.
Para él, varias veces intendente de Villa Berthet y exdiputado nacional, esto es el resultado del distanciamiento de la dirigencia política que desvió la agenda alejándola de las necesidades más urgentes. Y observó que la situación en la provincia no es distinta.
“Los funcionarios no tienen pertenencia ni identidad política. La agenda del gobierno debe cambiar, debemos hablar de ideas, generar expectativas, reconstruir la esperanza y la confianza”, observó críticamente al aseverar que así “es muy difícil poner en práctica la vocación peronista y cristiana”.
En este escenario, no descarta la hipótesis de que al peronismo “le pase lo peor”, electoralmente hablando, sobre todo tomando en cuenta “una atomización preocupante, la falta total de diálogo y humildad”. Incluso vio “cierta soberbia” que impide al peronismo construir mayorías para mejorar la oferta electoral.
“La responsabilidad de un conductor es convocar a todos, reunir, escuchar, ser generoso, tener una mirada amplia, máxime hoy donde nadie gana una elección en soledad”, dijo, aunque tácitamente, sobre el rol del gobernador Jorge Capitanich, máxima autoridad partidaria en la provincia.
“El peronismo no se puede expresar en distintos frentes electorales, se debe reunificar y garantizar una participación real a todos los sectores, fundamentalmente en la gestión porque el grueso del justicialismo se siente ausente en el gobierno, sin representatividad, y eso es grave porque desmoviliza y desmoraliza a la fuerza militante, principal sostén de un gobierno”, remató.
