El sábado en la presentación de su programa económico Chaco Reactiva, el gobernador Jorge Capitanich describió el mapa de Argentina como “un triángulo isósceles invertido”, a pesar de que estas figuras geométricas sólo deben reunir 2 lados iguales, como requisito, sin importar su orientación.
Pero, además, la silueta de nuestro país ya fue representada infinitas veces como un triángulo escaleno rectángulo, con los 90° en Salta y Jujuy, con el cateto largo hacia Chile y el otro al norte, y la hipotenusa uniendo Tierra del Fuego y Misiones.
Triángulos: Reprobado.
Y este domingo tuvo el recuperatorio de Geometría al decretar nuevas restricciones a la circulación por el incremento del contagio de coronavirus, pero desaprovechó la oportunidad.
“Estamos coordinando medidas de restricción parcial en horarios de circulación, en conglomerados específicos que sumen 6 contagios en 200 metros cuadrados”, publicó en las redes sociales.
La situación planteada era para morirse de miedo, ya que a razón de 6 casos cada 200 metros cuadrados, habría 300 por manzana (altísima densidad poblacional) y los contagios subirían como un cohete.
Al parecer, no debió escribir metros “cuadrados” sino “a la redonda”, o “en un radio de 200 metros”, lo que describe un área de 125.664 metros cuadrados o 12-13 manzanas.
Si con ese pulso traza la las curvas de indicadores…
