Un adolescente de 16 años cerró las puertas de su casa en el barrio 10 de Mayo, abrió una garrafa de 10 kilos y prendió fuego, presumiblemente, con la intención de quemarse a lo bonzo.
Esto fue advertido por los vecinos que llamaron a la Policía y una comisión de la Sexta llegó a tiempo para impedir aplacar el siniestro.
Los policías debieron violentar una de las puertas de la vivienda. En el interior, cerraron la llave de la garrafa y extinguieron el fuego que aún era incipiente.
El jovencito estaba encerrado en una habitación y manifestaba insistentemente que tenía intenciones de suicidarse.
Finalmente fue trasladado al servicio de Salud Mental del hospital Perrando.